Te animo que, al leer esta carta que brota de mi corazón después de meditar mis propias experiencias y observaciones, la leas en oración como si fuera tuya. Te invito a que agregues tu propio nombre al final si así te parece. ¡Nuestro Padre Dios quien es misericordioso siempre escucha nuestras oraciones!
Amadísimo Dios, Padre Nuestro,
Que mi sonrisa haga visible Tu presencia celestial para nuestro pueblo con disCapacidades.
Que estás en el cielo.
Que yo pueda honrar Tu nombre al servir a aquellos más necesitados.
Santificado sea Tu nombre.
Permítenos que juntos como un sólo Cuerpo hagamos presente Tu reino para todas las personas con disCapacidades.
Venga a nosotros Tu reino.
Que a través de mí se haga Tu voluntad en mis hermanos y hermanas.
Hágase Tu voluntad.
Que sea yo sus manos, sus pies cuando se necesite para que Tu voluntad ya se logre en ellos.
En la tierra.
Permite que intercedamos los unos por los otros como una sola Iglesia unidos a Tus santos en el cielo.
Como en el cielo.
Que nuestro pueblo con disCapacidades pueda obtener Tu pan de cada día de nuestras hacendosas manos y de nuestros corazones generosos.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Que Tú me perdones las veces que me he quedado mirando o mostrado indiferente.
Perdona nuestras ofensas.
Permítenos perdonar a aquellos que nos han tratado irrespetuosamente porque hemos hecho nuestra la causa de los que no pueden defenderse.
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Que no caiga yo en la tentación de pensar que no puedo hacer nada por mis hermanos y hermanas con disCapacidades.
No nos dejes caer en tentación.
Que Tus misericordiosas y amorosas manos nos preserven a todos.
Y líbranos del mal.
Permítenos a todos en unisón ser capaces de exclamar, ¡“Amén”!
Amén.
Confiadamente,
Tu Amada
Nota: puedes imprimir gratis la versión en PDF de esta carta al buscar en Documentos.