Al comenzar este nuevo capítulo en mi ministerio, puedo recordar cómo Dios empezó a preparar mi camino esos años en la universidad (UTEP) hasta llegar a graduarme como maestra de Educación Especial mientras servía en el ministerio de música y como catequista en mi parroquia de San Judas Tadeo en El Paso, TX.
Desde entonces empecé con la inquietud de un día poder servir a nuestra Iglesia con mi profesión. A través de los años, he tenido la oportunidad de servir en diversos ministerios, parroquias y diócesis de Estados Unidos encontrándome cada vez con la realidad de una escasez de servicios adaptados a las múltiples necesidades de los más pequeños. Por otro lado, también he conocido personas dedicadas a responder y suplir dichas necesidades e integrar a la vida de la Iglesia a nuestros hermanos discapacitados.
Hoy en día, aún más me apasiona el cómo capacitar a nuestros catequistas y líderes para que puedan responder a tan necesaria misión de evangelizar y catequizar a nuestros hermanos con necesidades especiales partiendo de los documentos de nuestra Iglesia los cuales enriquecen y sostienen dicha labor. Desde el verano del año 2014, formo parte del grupo nacional de líderes catequéticos del Loyola Press Speaker Corps. El cual me ha permitido ampliar mi servicio de llevar a cabo dicha formación. Y al mismo tiempo, concientizar a nuestro pueblo de la importancia de servir a nuestros hermanos con discapacidades y a sus familias que buscan llevar a sus propios hijos a Dios.
Oremos: Señor Jesús, tú que restauraste la vista a Bartimeo, ábrenos los ojos a la necesidad de los más necesitados de Ti. Amén.
Profundiza: Lee el pasaje del ciego de Jericó (Mc. 10, 46-52). ¿Qué hubieras hecho tú al oírle gritar?
Reto: Saludar a una persona con discapacidades y a su familia aunque no los conozcas.
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