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  • Foto del escritorAna Barraza

El Cuerpo de Cristo para un niño con disCapacidad

Fue un verdadero caminar hasta recibir el Cuerpo de Cristo con los candidatos que forman parte del programa parroquial de catequesis adaptativa el cual yo coordino. Este año en la clase, tuvimos puros hombrecitos que podían leer junto con un grupo de catequistas las cuales son una bendición en mi ministerio.

Uno de los pasos al recibir el Cuerpo de Cristo es aprender la posición de manos correcta: manos extendidas; palmas bocarriba; izquierda sobre derecha. Para eso, les compuse un cantito con las palabras: "Cuerpo de Cristo. Amen". De esta forma, cada vez que los niños lo escucharan, lo pudieran relacionar con la posición correcta de manos. Eventualmente, los candidatos fueron capaces de poner las manos en la posición apropiada y contestar: "Amen" en voz alta (aun sin el cantito) al recibir hostias sin consagrar durante nuestras múltiples prácticas. ¡Y así completamos ese paso!

La pregunta de que si los niños con disCapacidades pueden comprender y verdaderamente aprender sobre Dios en general, la podemos visualizar por lo que pasó durante una de nuestras ultimas clases. Les estaba leyendo a los niños en la Biblia ilustrada la Última Cena. Les estaba explicando cómo iban a recibir el mismo Cuerpo de Jesús, el Cuerpo de Cristo, mientras les apuntaba al dibujo de Jesús durante la Última Cena. Al mismo tiempo puse mis manos en posición para recibir la Sagrada Comunión. De repente, los ojos del niño que más habla se abrieron en increíble descubrimiento mientras me miraba preguntándome: “Entonces, ¿nos vamos a COMER a Jesús?”

Altar con el Santísimo Sacramento con velas encendidas una de cada lado. Un crucifijo cuelga por encima sobre la pared.
Capilla del Santísimo Sacramento, Parroquia de San Carlos Borromeo, Sacramento, CA

"¡Sí!" Le respondí bastante emocionada. "¡El Cuerpo de Cristo!"

Al rato, ese niño sorprendido indagó: "Entonces nos van a comer ¿Su cerebro?"

En ese instante, no quería que se perdiera ese hermoso momento de haber descubierto quién es Jesús en el Santísimo Sacramento, así que busqué una respuesta para satisfacer el dilema del niño. Y recordé las palabras de la coronilla de la Divina Misericordia (¡Gracias a Dios!). Entonces le respondí: "Su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad".

Ante la insistencia de nuestro candidato: "¿Su cerebro? ¿Nos vamos a comer el cerebro de Jesús?"

Le repetí: "Su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad" mientras una de las catequistas repetía conmigo las mismas palabras verídicas. El niño de tercer grado se quedó pensativo después de conformarse con esa respuesta.

Confío que Jesús, tan misericordioso como es Él, calmó el corazón del niño como lo hace con cada corazón hambriento. ¡Sí! Los niños con disCapacidades pueden entender y aprender acerca del Cuerpo de Cristo cuando facilitamos ese encuentro.

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